Saboreando el Mundo

Japón día 4: Museo cerveza Sapporo y mercado Nijo

Contrariamente al sábado, el domingo amaneció nublado y lluvioso. Pero salimos del hostel con intención de desayunar muy bien, disfrutar del museo de la cerveza Sapporo y del Autumn Festival, en este último día en Sapporo.

Para ello nos dirigimos al mercado de pescado de Sapporo (Nijo Market), que se encuentra justo detrás de la torre de televisión de Odori Park. Por suerte paro de llover y no nos mojamos.

Llegamos al mercado sin ningún tipo de problema, y nos dimos un paseo. A diferencia de Hakodate, Sapporo no es una ciudad portuaria, y el pescado y marisco vivo en tanques no es habitual. Aún así, la variedad de pescado y marisco fresco es alucinante. El mercado se encuentra alrededor de un edificio que ocupa toda una manzana, con almacenes y algunos restaurantes en callejuelas interiores. Casi todas las tiendas están alrededor de la manzana y en la mayoría se pueden probar los productos antes de comprarlos.

Nijo Market

Dimos una vuelta, y estuvimos barajando restaurantes dónde comer. La mayoría nos parecieron algo caros, pero al final nos percatamos de que parecía ser el precio normal en esa zona. Nos decantamos por un local escondido en la zona interior y muy acogedor, con un aspecto totalmente japones. Nos sentamos y nos entregaron la carta. Inmediatamente nos sirvieron dos tazas de té, y cruzamos los dedos para que fuera matcha, aunque enseguida percibimos el desagradable olor (para nosotros) del té oolong.

En la carta había muchísimos menús que incluían sashimi, sopa y arroz, y otros un poco más “occidentales” con salchicha, por si alguien no es tan fan del pescado crudo como nosotros! La especialidad en Hokkaido es el “uni” (erizo de mar), el “ikura” (huevas de salmón) y “kani” (cangrejo). Aunque por supuesto, cualquier pescado en Hokkaido es espectacular. En el resto de nuestro viaje, cuando nos preguntaban por dónde habíamos viajado y nuestra respuesta empezaba por Hokkaido, lo primero que nos preguntaban es si habíamos comido sashimi, ya que la fama que tiene en Japón es importantísima.

Después de darle mil vueltas, pedimos un menú de sashimi con sopa de almejas, que resultaron ser algo más parecido a “mini vieiras”. El bol de sashimi con arroz constaba de erizo de mar, cangrejo, huevas de salmón, gamba cruda, tortilla japonesa y tres tipos de pescado que no pudimos identificar (a parte del atún).

Sashimi

Nuestra primera reacción al probar el pescado fue de completo asombro. No sabía prácticamente a nada. En occidente, o al menos en Europa, estamos acostumbrados al sabor fuerte de pescado y allí es tan suave, que te da la sensación de que te están tomando el pelo. La verdad, lo apreciamos un montón. Esta textura suave, sin olor ni sabor potente… es algo que echamos muchísimo en falta de Japón, y que hace poco hemos podido volver a disfrutar en Barcelona.

Comimos despacito, saboreando cada bocado. El pescado, acompañado por pequeños sorbos de la deliciosa sopa miso con almejas, resultaron ser una espectacular manera de empezar el día.

Sashimi

La cuenta ascendió a 2730YEN, algo menos de 25€, pero no nos arrepentimos ni un segundo.

Salimos del mercado y nos encaminamos hacia el museo de la cerveza Sapporo. Nuestro día iba encaminado a ser un festival de comer y beber… Siii!!!!!

Caminamos por un paseo dividido por un pequeño riachuelo, y pasamos muy cerca de la torre de televisión. Usando la aplicación «maps.me» encontramos el camino al museo. Cruzamos un par de calles y de repente nos encontramos de frente con un enorme edificio de ladrillo con una altísima chimenea, muy parecido al del museo de la cerveza Sapporo, aunque este parecía ser un centro comercial. Decidimos atajar y descubrir que había dentro. Cruzamos el edificio de ladrillo y aparecimos en un enorme patio cubierto, con zonas ajardinadas, fuentes y escaleras. Es difícil de describir, pero alrededor de este patio se alzaban varias plantas con tiendas y restaurantes. Sin duda, uno de los centros comerciales más bonitos que hemos visto hasta la fecha.

Nos entretuvimos mirando escaparates de creperías, y viendo por primera vez los extravagantes rellenos de las crepes japonesas…y descubriendo también originales sabores de helado, como el de sésamo o judía roja.

Salimos por la parte de atrás del centro comercial “Sapporo Factory”, y nos encontramos con otra curiosidad: un pequeño altar sintoísta.

Seguimos nuestro camino hacia el museo y después de cruzar las vías de tren por un paso subterráneo, divisamos ya la chimenea. Llegando al museo de la cerveza Sapporo, paramos a comprar un café en una vending machine, y elegimos uno con la lata estampada con la foto de un jugador de los “Fighters”, el equipo local de baseball. Con las energías cargadas empezamos con la visita!

Bier Garden cerveza Sapporo

El edificio en sí, ya es algo digno de ver. Un almacén de ladrillo rojo, parcialmente cubierto por plantas enredaderas y rodeado de jardines. Entramos y enseguida dimos con la recepción. Las recepcionistas nos dieron un folleto explicativo y nos enseñaron que teníamos dos opciones. Hacer una visita guiada y hacer una degustación de dos cervezas por 500YEN, o bien ir por libre gratuitamente y con la opción de hacer una degustación final de tres cervezas por 600YEN. Elegimos la segunda opción. En nuestro caso no estábamos tan, tan interesados en profundizar en la historia, y sí en catar la cerveza.

El museo empieza en el primer piso, donde te recibe un gigantesco tanque donde se fabricaba la cerveza. Rodeandolo empiezas con la exposición. Diferentes maquetas del antiguo recinto, del cual el actual emplazamiento del centro comercial “Sapporo Factory” era parte, videos interactivos, antiguas botellas y publicidad de la marca llenan un espacio no muy grande del edificio. La visita puede durar una media hora, dependiendo de cada uno. Las explicaciones están en japonés e inglés. Al final del recorrido hay unas escaleras que bajan a la planta principal, donde se encuentra el tan ansiado bar.

Museo cerveza Sapporo

Después de leer tanto sobre la cerveza, que mejor que probarla, no? Como de costumbre, hay que sacar un tíquet en una maquina y después entregarlo en la barra, donde te sirven tres tipos de cerveza Sapporo: la Classic, que solo se puede encontrar en Hokkaido, la Black Label, una antigua receta muy popular, y la Kaitakushi Beer, otra marca de cerveza, imaginamos que absorbida por la marca Sapporo. Junto con la bebida te dan una bolsita de frutos secos. Nos sentamos en el bar, relajadamente y disfrutamos, pero que mucho, de las cervezas.

Museo cerveza Sapporo

Después de eso, decidimos dar un paseo por el edificio y comprar algún que otro souvenir. Al final el tiempo nos dio una tregua y no llovió, así que disfrutamos también de los jardines. Compramos una inusual Sapporo Oyster Black, más por la botella que por la cerveza, y un vaso de cerveza de estilo sake.

Ya era mediodía y la cerveza de la degustación nos había hecho entrar hambre, así que nos dirigimos a la recepción del museo para ver en que restaurante podíamos comer. El sistema es un poco complejo, y por poco nos quedamos sin probar el famoso “Genghis Khan” en el bier garden del museo. En el museo hay tres restaurantes, desde el típico “Bier Garden” de estilo alemán, hasta uno con un poco más de caché. Lo mejor es reservar con antelación, pero en nuestro caso nos tocó esperar un poco más de media hora.

Pasado el tiempo de espera, cuando una mesa quedó libre, nos dieron un papel con nuestro nombre y preferencias (dos personas, no fumador, etc.) y nos indicaron el camino del Bier Garden, que es rodeando el edificio por fuera.

Entramos y encontramos un gran vestíbulo con chimenea, subimos unas escaleras y encontramos otra recepción. Entregamos el papelito y nos dirigieron a nuestra mesa. El local es impresionante, aún viviendo en Alemania, pocas veces hemos visto un “Bier Garten” tan impresionante. Lleno de humo, eso sí!.. y no por que fuera zona de fumadores.

El camarero, con un inglés súper fluido, nos explicó el funcionamiento de la barbacoa y nos dio las cartas. Pedimos dos jarras pequeñas de cerveza (cerveza Sapporo que solo se puede beber en este restaurante), y empezamos a ojear. Es muy interesante el bufet libre, por el que pagas 3000YEN (un poco menos de 30€) y puedes comer tanto cordero y verdura como quieras en 120 minutos. Nuestro plan ese día, era acabar por fin, disfrutando del Autumn Festival, y para ello no podíamos ir con la barriga llena. Así que nos pedimos un plato de paletilla de cordero y otro de carne (a saber que parte) de cordero. Ambos platos venían con su ración de verdura (col, brotes de soja y calabaza).

El famoso Genghis Khan, es un tipo de barbacoa coreana, que los japoneses han hecho un poco suya. El aparato se pone en medio de la mesa y te sirven la carne de cordero cortada muy finita, con la verdura también cortada y un poco de grasa del animal para engrasar. Antes de todo, importante, hay que ponerse el babero de papel!

Bier Garden cerveza Sapporo

La parrilla del Genghis Khan es cónica. Primeramente engrasas la parrilla con la grasa y pones la verdura en los laterales, la parte más baja, y luego vas poniendo las tiras de carne en la parte más alta. No hay que dejar que se haga mucho, aunque no debe quedar cruda. Cuando ya esté hecha, coges un poco de verdurita y la carne, y la pones en tu plato. De ahí, lo mojas en un tipo de salsa barbacoa, muy, muy buena o en una mezcla de sal y pimienta, y ¡a disfrutar a tope!

Bier Garden cerveza Sapporo

Mientras comes, puedes ir haciendo el resto de la carne. Es una experiencia muy recomendable en Hokkaido, pero aún más es este espectacular ambiente cervecero!!!

El vecino de mesa, un hombre japonés bien entrado en los cincuenta y acompañado de sus padres de edad avanzada, que por cierto se habían puesto las botas comiendo, nos empezó a hablar en inglés y mantuvimos una agradable conversación. Nos encantó la hospitalidad de los japoneses, sobretodo en esa parte más remota del país!!

Salimos con las botas puestas, y nos despedimos del museo.

Bier Garden cerveza Sapporo

De camino al centro, paramos en el centro comercial para aprovechar el baño (increíble baño) y el wi-fi gratis. También probamos un sabor de helado de esos curiosos para refrescar un poco el estomago. Elegimos un cono de melón (muy típico de Hokkaido) y judía roja. Muy dulces, refrescantes y suaves.

Descansamos un rato y seguimos la marcha. El Autumn Festival nos aguardaba en nuestro último día en Sapporo.

Pasamos una vez más por la torre del reloj, para averiguar si tenían un sello para estampar en nuestra guía, pero desgraciadamente no lo encontramos.

Llegamos a la feria, y…nos desmadramos!

Sin perder tiempo, empezamos con unas ostras gigantescas al vapor, un producto también muy típico de Hokkaido. Después de eso, dimos un paseo para fijar nuestra siguiente presa, y nos decidimos por unos “yakitori” (pinchitos normalmete de pollo). Elegimos cuatro por 400YEN y fuimos a comprar una cerveza. Los yakitori resultaron ser muy jugosos, y hacían una pareja perfecta con la cerveza. Por último, nos costó decidir, pero optamos por algo un tanto más original. Una especie de okonomiyaki envuelto con un palo. Como si fuera un pinchito de okonomiyaki, para que nos entendamos, con un huevo frito encima. Curioso, no solo de aspecto, sino también de sabor.

Ya con eso, decidimos que habíamos cumplido el cupo y nos retiramos a descansar, un poco tristes eso sí, ya que el día siguiente abandonábamos Sapporo y Hokkaido, para trasladarnos un poco más al sur. Osaka nos esperaba!

Aquí os dejamos la galería de nuestro día en el museo de la cerveza Sapporo y el mercado Nijo:

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